Si te engaña, no te quiere.
Me hiciste daño, mucho daño, me rompiste el corazón cuando te había entregado tanto, te entregué mi niñez, mi adolescencia y mi juventud, los mejores años de mi vida los dediqué a quererte, amarte y respetarte, y tú, sin embargo, te aprovechaste de todo eso para quererme y a la vez engañarme.
Y ese engaño me hizo sentir menos mujer, me culpé por no retenerte a mi lado, lloré lágrimas amargas en las que te deje de ver como el culpable y te hice víctima de tus propias mentiras, y mientras lloraba por todo eso, mientras más daño me hacías, mi corazón más se rompía, pero con cada grieta salió de mi el amor que te tenía, salieron las promesas guardadas, los sueños que teníamos y entró la indiferencia, la rabia, y empecé a quererme, a valorar que no fui yo la que no te supo conservar, es que no hay nada que quiera que me pertenezca de ti si cada diez palabras, siete eran embustes, si tus te quiero era mentira, si tus lágrimas de perdón eran manipulaciones.
Y empecé a ver qué no me faltaba nada como mujer, al contrario, era demasiado mujer para ti, demasiadas agallas, demasiado coraje, demasiado independiente, demasiado clara y demasiado fuerte para perdonar un engaño.
Me equivoqué en muchas cosas y en otras muchas te equivocaste tu, y te diré que entre todas ellas tu mayor error fue acomodarte a tenerme, en cierto modo el problema fue mío, cambiaba mis horarios por ti, mis planes por ti, mi independencia por ti, te di algo que no sabías valorar, y el error fue mío, no me pediste nada, no te esforzaste por tenerlo y te lo di todo, te puse lo primero de mi lista de prioridades. No me arrepiento, todo lo que hice lo sentía, pero comprendo que fueron errores y de ellos se aprende.
Hoy, me quiero a mi misma, hoy, hago que me valoren, hoy doy lo que otros se esfuerzan por tener, hoy, me siento una mujer completa, y por eso, soy capaz de escribir estas palabras, porque ahora, hoy, mi pasó contigo me sirve de inspiración para decir a otras mujeres y hombres...
Quereros, por encima de todo.
Quereros y no tengáis miedo a amar.
Quereros y hacer lo que os haga felices, porque una buena pareja jamás te culpará de sus errores.
Quereros y no os sintáis menos si os engañan, sois más de lo que ellos merecen.
Quereros y que jamás os pongan lo segundo o tercero de su lista, no eres segundo plato de nadie.
Quereros y no dejéis que os manipulen, la culpa de un engaño es solo y únicamente de la persona que lo comete, porque no te respeta, no te quiere aunque te lo diga y no te valora.
Quereros, quereros, quereros.
Y ese engaño me hizo sentir menos mujer, me culpé por no retenerte a mi lado, lloré lágrimas amargas en las que te deje de ver como el culpable y te hice víctima de tus propias mentiras, y mientras lloraba por todo eso, mientras más daño me hacías, mi corazón más se rompía, pero con cada grieta salió de mi el amor que te tenía, salieron las promesas guardadas, los sueños que teníamos y entró la indiferencia, la rabia, y empecé a quererme, a valorar que no fui yo la que no te supo conservar, es que no hay nada que quiera que me pertenezca de ti si cada diez palabras, siete eran embustes, si tus te quiero era mentira, si tus lágrimas de perdón eran manipulaciones.
Y empecé a ver qué no me faltaba nada como mujer, al contrario, era demasiado mujer para ti, demasiadas agallas, demasiado coraje, demasiado independiente, demasiado clara y demasiado fuerte para perdonar un engaño.
Me equivoqué en muchas cosas y en otras muchas te equivocaste tu, y te diré que entre todas ellas tu mayor error fue acomodarte a tenerme, en cierto modo el problema fue mío, cambiaba mis horarios por ti, mis planes por ti, mi independencia por ti, te di algo que no sabías valorar, y el error fue mío, no me pediste nada, no te esforzaste por tenerlo y te lo di todo, te puse lo primero de mi lista de prioridades. No me arrepiento, todo lo que hice lo sentía, pero comprendo que fueron errores y de ellos se aprende.
Hoy, me quiero a mi misma, hoy, hago que me valoren, hoy doy lo que otros se esfuerzan por tener, hoy, me siento una mujer completa, y por eso, soy capaz de escribir estas palabras, porque ahora, hoy, mi pasó contigo me sirve de inspiración para decir a otras mujeres y hombres...
Quereros, por encima de todo.
Quereros y no tengáis miedo a amar.
Quereros y hacer lo que os haga felices, porque una buena pareja jamás te culpará de sus errores.
Quereros y no os sintáis menos si os engañan, sois más de lo que ellos merecen.
Quereros y que jamás os pongan lo segundo o tercero de su lista, no eres segundo plato de nadie.
Quereros y no dejéis que os manipulen, la culpa de un engaño es solo y únicamente de la persona que lo comete, porque no te respeta, no te quiere aunque te lo diga y no te valora.
Quereros, quereros, quereros.
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