Puerto de Canencia

Abrir los ojos y darse cuenta de que esta amaneciedo tras tu ventana, mientras permaneces arropado entre las sábanas, después de haber soñado con volar hasta el firmamento, es la mejor manera de comenzar a explicar este viaje.



Cuando despiertas de ese modo, sabiendo que en algún lugar del planeta puedes cumplir tus sueños, te provoca querer realizarlos, y así es como descubrí Canencia.
Tras los pesados y verdes valles de nuestra Sierra Madrileña, se encuentra este mágico lugar, separado del mundo real, tal vez, incluso cerca de las viejas leyendas de hadas que habitan en nuestros bosques y montañas, danzando bajo el rumor de las cascadas.

Llegar allí, es soñar despierto, y conseguir la utopía de volar sin separar los pies del suelo. Preparas tu objetivo bajo la ladera de la montaña, y limpias tus lentes para poder enfocar mejor el paisaje, te cuelgas tu mochila al hombro, asegurándote de llevar una botella de agua y algo de abrigo para no quejarte del viento.

Pones tus pies en el camino, a veces cubierto de nieve, y vas dejando tus huellas mientras buscas la cima que te lleve a coronar el mundo. Acompañado, o solo con tu cuaderno de viajes, el aire y olor a naturaleza sin contaminación te guían en tu camino.

Puedes parar a comer, sentandote cerca de la cascada que allí nace, y observar como el agua va pasando por ella, mientras con cada bocado, te sientes cada vez un poco más cerca del mundo imaginario y más lejos del mundo ruidoso que te llevó a querer viajar allí.

Incluso el sabor de los alimentos se degusta mejor sobre aquellas rocas que pueblan la travesía.
En todo el viaje, solo debes recordar, que cuando llegues arriba, tienes que cerrar los ojos, mirar al sol que caldea tu ropa de abrigo y dejarte embriagar por lo que te rodea. Te aseguro, que estar allí, cuando el viento agita tu cabello y la risa de los montañeros aparece por entre las rocas, es sentir que tomas un pedazo de cielo entre tus manos, y saboreas el contacto con las nubes que te envuelven alejándote del mundo.

Piensa, que cuando los abras, no solo tendrás dentro de ti una parte de ese paisaje, sino también, una parte inolvidable de la ciudad de Madrid que enamora a los visitantes. Te sentirás mas vivo, y más feliz, y si ese no es el verdadero objetivo de un viaje, entonces, ¿Cual es?



Comentarios

tarja-tallulah ha dicho que…
Preciosas fotos, y preciosa descripción. La naturaleza te hace acariciar la vida, ser más limpio de alma y corazón. Llenando todos nuestros sentidos. Lo comparto contigo. Y gracias por traerme parte de mis raices. Mi abuelo nació en Canencia. Un beso infinito.
tarja-tallulah ha dicho que…
La naturaleza nos regala la paz y el sosiego que todo ser humano debería de tener. Haciendonos sentir más vivos que nunca. Comparto contigo lo que sientes. Buenas vistas y gracias por mostrarme una parte de mis raices. Mi abuelo nació en Canencia. Besos del alma
fer ha dicho que…
Gracias Tamara por tu comentario en el blog de Cristina.
Muy buena esta entrada tuya, y las fotos me han dado mucha envidia, espero ir alguna vez, en caso contrario, soñaré que voy. Un abrazo. Fernando.
Tamara ha dicho que…
Tarja, me alegro haberte devuelto parte de tus raíces, es alucinante ese paisaje, alucinante la vista y el sonido que se escucha cuando llegas allí, respiras paz, y sientes como si tu cuerpo volara. Te invito a que lo visites, seguramente tu lo verás con otros ojos. Un beso enorme.
Tamara ha dicho que…
Fernando, son fotos para que de envidia jejeje, con las oposiciones no tengo mucho tiempo de viajar a lugares como este, pero, es un bonito lugar para soñar. Y el comentario en el blog de Cristina, símplemente gracias a ti, a ella, a los que escriben blogs como ese, contando sus experiencias, a veces tan duras y a veces tan gratificantes, porque me hacéis ser mejor persona, mejor maestra... Un besazo de mi parte a la peque.
sabores compartidos ha dicho que…
Hola Tamara, que buensa fotos, yo tengo alguna creo que desde el mismo sitio ejjeje es un lugar impresionante que rezo para que nos dure mucho tiempo. un abrazo y un besote
Tamara ha dicho que…
Yo también espero que nos dure mucho tiempo, porque cuando se necesita serenidad, no hay mejor sitio que ese :) Un beso.

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