Isemay- Parte 8.2 VIVO

 -                            Deja de gritarla- chilló a su vez Osmar para callar a su amigo.
-                            Me dijiste que ella no se encontraba aquí- arremetió ahora contra él- me dijiste que estaba bien- le grito de nuevo.
-                            Wilde debió secuestrarla- se defendió sintiéndose culpable.
Dios, pero ¿Estaba Uwuain seguro de que esa mujer era su esposa? La niña de hace un tiempo, no podía haber cambiado tanto, la recordaba jugando con Uwuain cerca de los lagos, realizando peleas en el agua, aprendiendo a montar a caballo, la recordaba llorando y diciéndole que no la deseara la muerte, y también saliendo de su casa sola y triste. Pero jamás hubiera pensado que su esposa se hubiera convertido en semejante belleza, con razón decía Wilde que era todo un éxito en la corte. Él mismo la hubiera cortejado si se la hubiera encontrado, y bien lo sabía. Decir que era una belleza era describirla mal y pobre, solo un tonto sin vocabulario la admiraría de esa forma.
Su esposa era en verdad como una diosa salida del olimpo, sus cabellos rubios, su piel aterciopelada, las mejillas rosadas aun estando manchadas de polvo, los pechos turgentes y exuberantes que subían y bajaban desafiantes, los ojos del color de la miel, hipnotizadores, atrayentes, furiosos por todo lo que la estaba haciendo pasar.
Y había pedido verle, le había dicho a Wilde que la llevara a ver a su esposo, había consentido en bajar hasta allí solo para estar con él. Siempre había sabido que esa niñita de cabellos rubios era especial, pero nunca pensó cuanto.
-                            Isemay- volvió a escuchar a Uwuain.
-                            ¿Estas seguro de que es ella?- preguntó a penas sin creérselo.
-                            Él lo dijo, una belleza, y tu…- guardó silencio pensando que insulto arrojarle- la dejaste sola, maldito seas, me prometiste protegerla.
Maldita sea, eso era exactamente lo que pasaba por la cabeza de Osmar, esa era su mujer, ¿Dónde había estado él metido todo este tiempo para no ver que ya no era una niña? Bueno, mejor no preguntárselo, Catrina le esperaba en Halk, y con ella tenía la respuesta. Había estado perdiendo el tiempo de cama en cama mientras podía haber dado y recibido amor de ella. ¿Cómo podía haber sido tan estúpido?

Comentarios

Ricardo Miñana ha dicho que…
Escribes muy bien, un placer pasar por tu casa.
que tengas un feliz fin de semana.
saludos.
María José Moreno ha dicho que…
Leggué a tu blog y me gustó lo que leí, me quedo con tu permiso un ratito en tu casa. Un beso
Tamara ha dicho que…
Ricardo, gracias por pasar por aquí, me alegro mucho de que te haya gustado.

Saludos.
Tamara ha dicho que…
María José, sé bienvenida a mi blog, me alegro de que te haya gustado y espero verte más por aquí.

Un beso.
EldanYdalmaden ha dicho que…
Uhm, este Osmar, está bien que rechazase a la niña-mujer que le impusieron a la fuerza pero ahora, su instinto le hace ver de otra forma a su mujercita.... cómo cambia el cuento en nada que las chicas se ponen a comer almendras como locas...
Tamara ha dicho que…
Jajaja, supongo que Osmar no sentía ningún tipo de pasión hacia una niña a la que consideraba como su hermana, pero, cuando crecemos, la atracción física no entiende de amistades pasadas, descubrió que no era como su hermana, ni ya era una niña, era una mujer... Y él tenía una leyenda.

Entradas populares de este blog

Tutorial: Word 1

La inteligencia me persigue, pero yo soy más rápida.

Mátate estudiando, y serás un cadáver culto.