Tatirenta

Hoy, os voy a contar una anécdota de cuando yo era pequeña, y es que, me ha venido a la mente, cuando he recordado que prometí recordaros mi cumpleaños, no todo van a ser cosas malas como el accidente, en mi vida, ha habido muchas cosas, y la mayoría han sido hermosas.

Mi padre, al que casi no le dedico entradas, él era un bendito, comencé a andar con 9 meses, creo que ya lo dije con anterioridad en otra entrada, y me encantaba jugar delante de mis padres en el salón, con mi madre estaba todo el día, así que, cuando mi padre regresaba de trabajar, quería ser la niña de sus ojos, me daba igual lo que él hiciera, yo tenía que hacer lo que él hacía.



Un día, mis padres iban a cambiar los muebles de mi casa, y mi padre, cogió el metro para medir, e iba diciendo las medidas en alto, mientras mi madre las iba apuntando, yo era bien pequeña, tendría un añito y algo, (sé la historia porque mi madre siempre está orgullosa de contármela, ha sido la gracia de mi familia durante muchos años).


Al terminar de medir, mi padre dejó el metro encima del mueble del salón, yo parecía estar jugando, pero en verdad no les había quitado los ojos de encima. Mis padres se pusieron a hablar entre ellos, cuando de repente, al mirarme, se dieron cuenta de que yo había cogido el metro, lo abría y lo ponía sobre el mueble como había hecho mi padre, y como no sabía contar, y había oído a mi padre decir treinta, empecé a decir, “tatirenta”, me iba a otro mueble, repetía la operación y hacía lo mismo “tatirenta”, como miraba a mi madre y no la veía apuntando nada, la miraba, como si me hubiera equivocado al dar las medidas y volvía a medir de nuevo.

Desde entonces fue mi juego preferido, cada vez que mi padre se descuidaba.

A medida que iba creciendo, me debí de dar cuenta, que todos los mueble no podían tener la misma medida, así que cuando medía los pequeños decía “tatirenta” y cuando medía los grandes “tatirenta, tatirenta”.

Años después, mi padre cumplió treinta, y a mí me salió solo el decirle “papá, ya tienes tatirenta”.

Desde entonces, ha sido la gracia de toda mi familia. Pero es que todos, tenemos que tener alguna anécdota... 

Hoy cumplí menos de "tatirenta", pero, algún día los cumpliré, y bueno, espero tener más anécdotas divertidas para entonces. 


Se me olvidaba, gracias a todos los que me habéis felicitado,  mi familia, Berek, Eldan, Orthos, mis compañeros del trabajo, los amigos, los conocidos... Y los que se me olvidan jejeje, porque han sido muchos mensajes, llamadas, escritos al facebook, twitter, tuenti, netlog, y demás redes sociales.


Sois los mejores, sé que últimamente lo digo muy a menudo, pero tengo razón ;). En cuanto saquemos la tarta le hago una foto para compartirla con los que hoy no estaréis a mi lado, pero si en mi corazón.


Un besazo.

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