Isemay- Parte 16.3 VIVO


Le parecía extraño haber dormido con una mujer y no haber (...) con ella, pero Isemay era diferente, no la quería con él para una noche, la quería para siempre. Salió al aire de la mañana y observó a su amigo que sonreía como si algo gracioso hubiera pasado, después siguió partiendo leña al ver que Osmar fruncía el ceño.
-                            ¿Ocurre algo?- le dijo molesto y al ver que no contestaba continúo- Yo me pondré con la verja, quita esa maldita sonrisa de tu cara.
-                            Podías haberte quedado en la cama un poco más, no pensaba molestarte esta mañana- volvió a sonreír.
-                            Pues lo has hecho- se quejó de malhumor.
-                            ¿Ha sido una noche difícil?- volvió con su trabajo.
-                            Si tu no hubieras echo ruido seguiría con ella- le contestó con eso a su pregunta- la noche ha ido bien- dijo después de un silencio.
-                            ¿Por qué no te quedaste dentro?, debes estar agotado.
-                            No soy ningún vago, y se cuales son nuestras obligaciones. Además, no ha ido bien del modo en que tú piensas.
-                            Mi hermana se te resistió- comenzó a bromear.
-                            Ya hemos forzado demasiado las cosas- se acercó hasta él- tendré que dejar que se acostumbre a mi poco a poco, y no se resistió, ni siquiera lo intente.
-                            Pues no pierdas mucho el tiempo, Liperto vino temprano para decirle a Doña Encarna que le esperáramos a comer- comentó como de pasada, pero Osmar se volvió rápidamente hacia él.
-                            ¿Va a venir?
-                            No solo eso, Clotilde se marchó con él a pasear por el pueblo, Isemay no fue con ellos porque aún seguía en la cama, pero el muchachito insistió en que estarían en la plaza por si ella quería acompañarles.
-                            No se te ocurra darla esa información- se acercó a su amigo amenazante.
-                            Ese joven se interesa por ella.
-                            Es mi esposa, debería buscarse una propia- cogió un trozo de madera y lo partió de un solo hachazo para unirlo a los que había cerca de la mesa.
-                            Bueno, en el sentido estricto de la palabra, no lo es- comentó.
-                            Si vuelves ha realizar un solo comentario sobre mi vida (...), voy a retorcerte la cabeza- concluyó la conversación.

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