Isemay- Parte 22.10 VIVO



El resto del camino hasta la posada en la que pasarían la noche, Isemay no le había dirigido la palabra, Osmar no pensaba imponerle su presencia, pero saber que estaba tan cerca de él y no hablarla fue una verdadera tortura, mientras la mayoría de los hombres siguieron su camino hasta las afueras del pueblo para acampar, unos cuantos escoltas, y la pareja se quedaron en la posada. Isemay no quería quedarse a solas con su esposo, pero su hermano la explicó que no podía pedir a sus hombres que se marcharan y acamparan en campo abierto, mientras él dormía en una confortable cama.
¿Pedirla que le amara? Ella no podía permitirse ni siquiera pensar en ello, se decía a si misma mientras se despedía de su hermano. Pero entonces porque no dejaba de recordar una y otra vez el beso del bosque, tan parecido a otro beso de hace muchos años atrás. No pensaba dejar que le hiciera daño de nuevo, aún recordaba sus besos de cuando ella aún era una niña, la había besado e instantes después Uwuain había llegado hecho una furia diciéndole que sus padres les habían prometido, ese era el motivo de que no hubieran encontrado las tropas a la llegada a Sabell.
Osmar y Uwuain habían salido para buscar ayuda a sus clanes amigos, pero al llegar todo estaba solucionado, y al precio, de una boda a cambio de la ayuda. Osmar la miró con odio y se volvió para enfrentarla como si ella lo supiera y le hubiera engañado para desearla. Después la dejó sola, con el sabor de sus labios sobre los suyos.
¿Amarle otra vez? No, no podía permitir a su corazón pensar en eso.
-                            Pediremos que nos suban la cena- la indicó su esposo mientras la tomaba de la cintura para pedir una habitación.
-                            Podemos cenar en el salón, si lo prefieres- le dijo ella cuando el posadero se separó para entregarles las llaves.
-                            Estaremos más cómodos en la habitación- la dijo antes de coger el llavero que le tendía el hombre- ¿pueden subirnos una bañera y la cena?- preguntó.
-                            Por supuesto, mi lord- sonrió el hombre- enseguida la tendrán arriba.
Subieron por las escaleras sin hablar, y entraron a la habitación que aún se encontraba en penumbras. Osmar se encargó de encender las velas que se encontraban en los diferentes puntos. Isemay se sentó en una de las sillas, esperando a que él terminara, el silencio se hizo incómodo mientras su esposo se desabrochaba la camisa para dejarla caer encima de una de las sillas cercanas.
-                            ¿No te apetece un baño?- la sonrió volviéndose para mirarla.
-                            ¿Estarás aquí?- le preguntó al ver que él comenzaba a sacar ropa de muda y la colocaba encima de la cama.
-                            Podríamos compartir la bañera- bromeó- pero se que no quieres, así que te dejaré para que te cambies a gusto, iré a ver si los hombres se han acomodado, volveré en un rato, ¿te parece bien?- se colocó otra camisa limpia.
-                            Llama antes de entrar- le pidió- puede que aún no este vestida.
            Él sonrió ante su comentario y fue a abrir la puerta al oír como los hombres llegaban con los cubos de agua y la bañera. La colocaron frente a la chimenea, y una mujer se encargó de encender el fuego, sin apartar la vista de Osmar, que a penas se inmutó ante su mirada.

Comentarios

orthos62 ha dicho que…
La ocasión la pintan calva, jejeje y hay que intentarlo a todas horas, que malos son los remordimientos! ajajaj
Seguro que la pilla en plena faena, seguro.....
Otro besote profe
EldanYdalmaden ha dicho que…
Nu sé nu sé, amigo Orthos, a esa chica yo creo que no hay quien la pille, es algo escurridiza, amos que ni el Osmar en sus mejores tiempos.
Saludos
Tamara ha dicho que…
Orthos, ya verás lo rápido que vuelve Osmar, es un espabiladillo jejejeje.
Tamara ha dicho que…
Uys, Orthos y mi besazo... que se me olvidaba jejejeje.
Tamara ha dicho que…
Dany, es que las mujeres somos así, escurridizas jejejeje.

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