Isemay- Parte 27.2 MUERTO
Al caer la noche, ella pareció abrir los ojos y mirarle fijamente, de repente un dolor no esperado, peor que todos los anteriores la hizo incorporarse un poco de la cama y encoger las piernas con fuerza. Grito, pues no estaba preparada para lo que vino a continuación, cuando sintió que un líquido caliente caía por sus piernas, pensó que era sangre, y comenzó a llorar creyendo haber hecho daño al niño.
- Sácale- le suplico a su esposo mientras contraía el cuerpo de nuevo por otro dolor- sácale- chilló de manera tan brutal que pareció oírse en todo el barco.
- No pasa nada, mi amor- la pidió él que se tranquilizara.
- Le hago daño- sollozo nerviosa- sácale, sácale.
- Has roto aguas- la tranquilizó Tricia que hasta ese momento había permanecido en silencio- solo eso- se acercó a ella para secarla el sudor que perlaba todo su pecho, y su cara.
- ¿No es sangre?- preguntó ella a pesar del dolor que volvía a acometerla.
- No, nada de sangre- la sonrió la mujer- el bebe quiere nacer.
- Y yo quiero que lo haga- comentó Osmar, acercándose para besar a su esposa en la frente y se sentó en la cama junto a ella.
- Lo hará- les aseguró la niñera.
Durante el tiempo que duraron las siguientes contracciones ninguno de los dos habló, y en los pequeños descansos, cuando ella se relajaba, parecía contemplarle en silencio, poco a poco, levantó su mano para tocarle la cara, como queriendo verificar si era real, que estuviera allí con ella.
- Se fuerte, por favor- la pidió Osmar en un susurro- creo que tu hermano me matara si te ocurre algo.
- Q-quiero el divorcio- fueron las únicas palabras que ella pronunció antes de que otro dolor la hiciera encogerse de nuevo.
Osmar cerró los ojos, rememorando los días en que ella le había dicho una y otra vez que le amaba, el corazón se le partió en pedazos al escucharla. Podría darla cualquier cosa, pero no eso. Aunque no estaba dispuesto a discutir con ella en ese momento. Tenía que estar tranquila, el parto la estaba minando las fuerzas, y parecía demasiado agotada.
- Puedes salir del cuarto- le indicó Tricia a Osmar.
- Me quedó aquí- la miró fijamente a los ojos esperando que le desafiara.
- Déjale- terció Isemay- también es suyo.
Otro dolor provocó que se contrajera y quiso volverse hacia un lado pero Tricia no la dejó, arqueó el cuerpo esperando que remitiera pero esta vez parecía aún más fuerte que los de antes. Tricia colocó ambas manos sobre su vientre, y la miró a los ojos esperando que ella pudiera comprender que el bebe ya venía en camino.
Comentarios
Un besazo.
Oye si queeis hacemos una porra par ver que es, ejjejej
un besote
Ya no hay porra, perdisteis ambos jajajaja.
Un besazo.