Isemay- Parte 32.6 MUERTO
- Si no me amas, ¿Por qué tienes tanto miedo a dejarme estar contigo?
- No quiero que sobrepases límites, no quiero que me beses, ni me abraces, no quiero tus sonrisas, ni tus caricias, tampoco tu ternura, y me lo darás todo si te dejo estar conmigo, porque esa es la diferencia entre tu y yo, siempre has visto en mi un cuerpo hermoso, y yo siempre te vi a ti. Para mi no eres Halcón, eres Osmar, jamás podremos volver a tener eso, porque yo no quiero volver a dártelo.
- Hagamos un trato entonces.
- No hay trato posible, tú no vas a respetarlo.
- Déjame estar contigo, formar parte de tu vida, dormir a tu lado.
- No- respondió escuetamente.
- No he terminado- la interrumpió- déjame hacer lo que un marido haría, y a cambio, no haré nada que tu no quieras, no te besare, ni abrazare, ni consolaré, al menos que tu me lo pidas, no más caricias, ni ternura.
- ¿Entonces en que se basa ese trato?
- En público, serás mi esposa, en todos los sentidos, te llevaré de la mano, de la cintura, como me plazca, en privado, no haré nada que tu no me pidas.
- ¿Y sino lo acepto? ¿Y sino quiero dormir a tu lado? ¿Y sino quiero que muestres al mundo algo que no es?
- Entonces pienso hacer lo que me plazca, tanto en privado como en público, y sabes que tengo métodos eficaces para conseguir lo que quiero, porque me sigues deseando y sabes que tarde o temprano la tentación podrá contigo y con tu cuerpo.
- ¿No más avances para seducirme?
- No en privado, donde eres más vulnerable.
- ¿Y Olaft?
- Le daré un hogar, te lo prometo, voy a llevarte a tierra, conseguiré una casa para que vivamos, no me volveré a marchar de tu lado, lo que me pidas, pondremos un jardín lleno de flores, un parque, lo que quieras, pero, en público, seré tu marido.
- ¿Implica compartir alcoba?
- Si.
- Pero sin que nada ocurra entre nosotros.
- Sin que ocurra nada que tú no desees que ocurra.
- No gano tanto con este trato.
- Puedo quedarme en este barco contigo y Olaft el resto de nuestra vida- la chantajeo- y sabes que como esposo puedo exigir de ti lo que quiera.
- Tú no harías eso.
- No sabes lo que un hombre puede hacer cuando se esta volviendo loco por necesitar algo que no puede tener.
- ¿Cuánto tiempo?
- Para siempre.
- ¿Me refiero a cuanto tiempo tardaremos en llegar a tierra?
- ¿Eso significa que aceptas el trato?
- Quiero que quede claro, que lo hago porque quiero un hogar en tierra para mi hijo.
- Me dan igual las razones, iré a decirle a los hombres las nuevas coordenadas, ve a dar de comer a nuestro hijo- dijo observando al pequeño que comenzaba a sollozar de hambre- me reuniré contigo más tarde.
- Hasta luego.
- Isemay- la llamó cuando se alejaba- te quiero- se volvió para no darla tiempo a contestarle.
Comentarios
Muas
un besote profe.
Estoy mazo liado por eso no vengo tanto por el tuyo ni por otros blogs, pero aqui estoy, jeje
Un besazo y no te preocupes, que yo se que estás siempre ahí.