Isemay 39.3
Abrió la puerta del coche, y el paje del rey hizo descender las
escalerillas para que pudieran bajar de él. Isemay se encontraba mirando por la
ventana. Su hijo estaba dormido entre sus brazos.
Quince días, ese era el pensamiento que pasaba por la cabeza de Isemay
cuando contuvo el aliento al ver que la puerta de su carruaje se abría y que
una mano se asomaba en su interior. Sólo quince días y regresaría a la paz de
su hogar, con Reynald y su hijo.
-
No puedo bajar- dijo finalmente al reconocer esa mano
enfundada en guantes blancos.
Reynald asomó la cabeza dentro del carruaje para ver lo que ocurría. Su
prima temblaba de pies a cabeza, estaba pálida y contra su pecho sujetaba al
niño más fuerte de lo que ella pensaba. La tomó una mano y la sonrió.
-
Todo saldrá bien- la dijo.
-
Lo sé- Fue la contestación de ella.
-
Cogeré al niño- tendió los brazos hacia Olaft que se
movió en el sueño, antes de volver a acomodarse contra el hombro de Reynald y
volverse a quedar dormido.
Sujetando al niño con un brazo, como había hecho otras tantas noches en
su hogar, volvió a tender la mano dentro del carruaje para ayudar a bajar a su
prima.
-
No te preocupes, Reynald, bajaré sola, entra con el
niño antes de que se enfríe.
-
Vamos, entraremos juntos- la dijo sin apartar la mano y
ella la tomó.
Comentarios
Fuerte, firme y fiera para defender a su Olaff.
Y también a ver cómo encaja el encuentro con Osmar.
Saludos.
saludos blogueros
un besote
Un besazo.
Un besazo.