Isemay- Parte 38.7 EXILIADO

 El rey sabía de esos accidentes, la había prometido que el pequeño estaría a salvo en la corte, y bueno, si el propio rey había mantenido a salvo a sus hijos, era de esperar que las medidas de seguridad no dejaran a nadie traspasar las puertas para que pudiera hacerle daño, aun así no se fiaba. Ese era el motivo de que les acompañara en ese viaje. Y tampoco sabía si Osmar estaría enterado de esos accidentes, si la interrogaría, o la pediría que viviera con él de nuevo, aunque solo fuera para protegerla.
Pero qué tontería, él nunca la pediría eso de nuevo, significaría tener que volver a desechar las amantes que seguramente habría hecho durante esos dos años, igual que pasara cuando ella llegó a Halk por primera vez, y si, habían sido felices, ¿Hasta cuándo? Hasta que él decidió que ella ya no podía acompañarle más en su vida. Si supiera todo lo que había aprendido durante todo ese tiempo, seguramente se escandalizaría. Su esposa, la que había estado siempre mimada y protegida, primero en una escuela para señoritas, después con una anciana, y más tarde en su propio castillo, donde que ella tuviera que hacer algo era impensable.
Cuanto había cambiado su vida desde entonces, Reynald había sido completamente distinto, todavía recordaba cuando habló con el rey después de despertarse desorientada en una cabaña donde una anciana le enjugaba la frente con agua fría. Se había puesto muy nerviosa buscando a su hijo, y sin embargo, una joven lo sostenía en sus brazos cerca de la cama de ella.
-                            ¿Está bien?- preguntó Isemay nada más abrir los ojos.
-                            Oh, sí, el pequeño no se ha hecho daño- contestó la joven.
-                            La que nos preocupa es usted- había dicho la anciana- ¿Se encuentra bien?
-                            Mi marido, él…
-                            Ya se pequeña, ya se- había dicho la anciana- muchos murieron en la incursión del pueblo vecino, supongo que eres de allí, ya que te encontramos en el camino.
-                            Camine durante días a través del bosque, pensé que jamás iba a encontrar a nadie que me ayudara.
-                            No se preocupe- la abrazó la anciana- ahora está a salvo, solo quiero saber, si tengo que avisar a alguien para que venga a recogerla.
-                            El rey- dijo temerosa de que quisieran pedir un rescate por ella si se decía a alguien de menor rango- el rey es primo de mi esposo.
-                            ¿Está segura, muchacha?- Había dicho la mujer incrédula.
-                            Si, escríbale, dígale que Lady Halk está en su casa, seguramente me estén buscando.

Comentarios

EldanYdalmaden ha dicho que…
Cachis, no ganamos pa sustos con Isemay, parece que busca los problemas ella sola, ahora qué hacía por ahí perdida?
Cómprale un Gps profeeeeee

Grr
Arte de enseñar ha dicho que…
coñe Dany, Osmar la abandonó jejejeje. Un besazo.

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