Una nueva vida- Capítulo 28.1

      

José comió con el resto de su familia y con los Rochester que habían decidido quedarse allí hasta la boda, para ayudar a su hija, ya que el trayecto era muy largo y su pequeña necesitaría ayuda.

La tarde cayó pronto, Simón salió a pasear a caballo con su esposa, Nicolás paseo con Lorena y Quitón, su hermana pequeña ya era mayor, sonrió José para sus adentros, Sajira tomaba el fresco en la terraza echada sobre cojines, todavía no hacía mucho calor, pero en el estado en que estaba la afectaba más la temperatura y su hermano Eric estaba con ella. Se fijó en que también tenían a la pequeña Lisi con ellos y reían. Diego y Medina paseaban de la mano por el prado y Alfonso seguía con los preparativos de su boda junto con Dolina, José echaba de menos a Radians.

— ¿Dónde esta?- preguntó su padre que llegó por detrás

— En su cuarto, no ha salido en todo el día

— ¿Esta enferma?

— No, me ha dicho Irene que solo esta asimilándolo

— Me alegro, no me gustaría que estuviera enferma

— Padre no se preocupe

José se separó de su padre y salió al prado para jugar con Quitón que se acercaba a él, lo que menos necesitaba ahora era que nadie le culpara del estado de Radians, José sabía que debía habérselo dicho antes a ella que anunciarlo en público, pero no le había dado tiempo. Lorena corría detrás de Nicolás y ambos al ver a José se acercaron, los cuatro hermanos se sentaron en el césped.

— Esta mañana he visto a Radians- comentó Lorena- pobre, esta tan triste, parece que la dolió que la insultaran, es normal, yo me hubiera levantado y...- se interrumpió- pero guardó muy bien el tipo- rió Lorena tan poco señorita como siempre.

Radians observaba desde la ventana como José jugaba con sus hermanos, seguro que sino hubieran vivido todas esas circunstancias podría haberse enamorado de él, pero en ese momento no, él la había abandonado y encima por su culpa la culpaban de mujer de vida alegre y Lady Lidia la odiaba, cuando ella solo quería llevarse bien con todo el mundo.