Una nueva vida- Capítulo 33.3
Durante esas
semanas José la había alimentado, dado de beber, ayudado a vestirse, a
acostarse, la había dado fuerzas en las pesadillas y no se había movido de su
lado, sabía que lo echaría de menos cuando pudiera valerse por ella misma, pero
quería verse las manos y utilizarlas de nuevo.
José comenzó a
desvendarla las manos, mientras Radians se miraba, estaban más ásperas de lo
normal pero en un par de días retomarían su tacto habitual. José frotó las
manos enérgicamente con crema para suavizar y después la untó de nuevo miel
para que cicatrizaran cuanto antes, esa noche, José y Radians cenaron juntos y
solos, Radians cogía la cuchara y José la miraba deseando tener la complicidad
de los días anteriores, Radians se frotaba las manos de vez en cuando y se
miraba como cogía la cuchara al sorber la sopa.
Después de cenar,
José invitó a Radians a dar una vuelta, los aldeanos todavía trabajaban y José
le explicó que la casa aun no estaba terminada pero podrían volver a vivir
allí.
Después de pasear a la luz de la
luna y saludar a los aldeanos que la daban besos de alegría al verla tan
recuperada José y Radians regresaron a la tienda, José volvió a echarle crema
en las manos y después la ayudó ha acostarse cubriéndola con las sabanas,
minutos después Radians dormía apaciblemente mientras que José con las cortinas
abiertas miraba a través de la noche.
Y aquí termina este capítulo, os dejaré unos días para contaros otras cositas y volveré con los capítulos.
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Besotessssssssssss
Besos
Besos