Una nueva vida- Capítulo 38

Con este capítulo llevamos más o menos unas 300 páginas del libro, sabéis que sigue en proceso de maquetación y que aquí aun esta son corregir por eso puede haber algunos fallos, espero que sepáis perdonarlos jejeje.

José cruzo la puerta de la entrada y ando hasta la sala, los criados subían y bajaban por las escaleras con cubos de agua, mantas, toallas y otros objetos que necesitarían para cuando naciera el bebe. Después José entró en la sala, Eric daba vueltas por el salón, desesperado, Mateo le observaba y le entregó una copa de whisky, los gritos de Sajira se oían desde abajo.

— Hermano- se acercó Eric a José- mi bebe, voy a tener un hijo

— Enhorabuena hermano- le dijo sonriéndole

— Me ha echado de la habitación en cuanto la han empezado los dolores, yo quería estar con ella

— ¿Quién está allí?

— Irene y Medina, yo no he querido que entrara madre

— ¿Y el médico?

— No está en el pueblo, han ido a buscarle pero se ha marchado fuera, hermano ¿y si la ocurre algo?

— No la pasara nada, está en buenas manos

— ¿Y Radians?

— No lo sé, ¿no está en su cuarto?

— No

— ¿Para que la quieres?

— Irene dijo que ella sabía de plantas medicinales, quiero que vaya que la de algo- dijo tocándose la cabeza- me duele oírla gritar tanto

— Hijo- le habló Mateo- ya te dije que es normal, el problema sería que no gritara, tu madre grito para todos vosotros y yo desde la sala oía como decía ese cabrón que no se me acerque más- rio- y mira todos los que ha tenido- rio de nuevo

— Ves hermano, no pasa nada, tranquilízate, ¿quieres que mandemos a alguien a llamar a los padres de Sajira?

— Sus padres están en la corte presentando a su hermana en sociedad

— Mandaremos entonces un telegrama

— Está bien

— Pero por favor- le dijo Diego- compórtate hermano

— Cuando tu esposa este así me hablaras de tranquilidad- le contestó Eric

— Mi esposa ha estado así Eric y tranquilízate por dios si te oye gritar la pondrás más nerviosa

— ¿Y porque no se calla ella?, a mí también me pone nervioso

— Por dios hermano- le dijo José- vale ya, cállate y bebe, pero cállate