Reto de halloween: El fantasma del toro


El reto consiste en:
  • Realizar un relato, esta vez sin número mínimo de palabras, pero esperamos que intentéis ocupar únicamente un folio o dos como mucho y a una cara (para que no ocupe mucho).
  • El título será: El fantasma del toro (el tema estará relacionado a ser posible con el Toro de la Vega).
Para saber más debes pinchar aquí pero date prisa, el reto dura hasta hoy: http://podemos-juntos.blogspot.com.es/2014/10/reto-para-halloween.html

El fantasma del toro enamorado

Horas antes del asesinato al Toro de la Vega:

"Renegado no es un toro singular, que va, ahora, debajo de este árbol donde estoy tumbada tan tranquilamente, le veo trotar mientras me mira de reojo, ese toro gallardo, tan fuerte, tan robusto y con esa mirada tan afable, ese toro me tiene enamorada."

Horas después de morir el Toro de la Vega:

— Despierta pequeña —oigo susurrar mientras el ternero que esa misma tarde he tenido duerme a mi lado.
— ¿Eres tu mi amor? —preguntó nerviosa mientras abro los ojos y le miro.

Estoy cansada, después de un duro parto donde la gente gritaba de júbilo que mi bebé sería el próximo Toro de la Vega sin yo entender nada, ahora mi esposo, que debería estar encerrado en un establo separado al mío se encuentra a mi lado.

— Algo va mal mi pequeña, no puedo correr, no puedo respirar, algo ha pasado esta tarde.
— Hemos tenido un hijo, mi amor, te he dado un bebé.
— Lo he visto, duerme a tu lado tan apacible que me da miedo confesarte esto.
— ¿Qué ha pasado, querido? —pregunté nerviosa.
— Estoy muerto, esta tarde, en una cosa llamada el Toro de la Vega, algo que llaman arte, ahí, corrí, lo intenté, quería volver junto a ti, pero me hirieron, quería verte, abrazarte, decirte que estaría contigo en el nacimiento de nuestro primer hijo, pero me alcanzaban, corrí y corrí, pero las lanzas me atravesaban, mi amor, y ellos gritaban, lloré, fui débil y llore, pero... nadie me escuchó.
— No puede ser cierto, te veo aquí a mi lado amor, puedo tocarte.
— Llegué a un lugar llamado cielo, allí alguien me esperaba, le llaman Dios, una luz blanca me acogió, abracé a mi padre que me miraba dolido, y a mi madre que a su lado esperaba pacientemente a que yo entendiera porque me habían apartado de tu lado, al parecer es así, generación tras generación somos vendidos para que nos den muerte de esa forma tan atroz.
— No entiendo querido, ¿por qué te veo? ¿por qué te toco? —le dije mientras surgían lágrimas de mis ojos.
— Ese ser al que llaman Dios, me llevó a un lugar a un prado entre las nubes, me explicó lo que sucedía, también que se avergonzaba de que esa gente actuara así, él no les esperará en el cielo, la persona piadosa, que ama, esa es la que irá allí junto a él, no ellos, esos seres despiadados que reían a carcajadas e incluso aplaudieron cuando finalmente fallecí.
— ¿Pero qué te dijo ese Dios? —le pregunté temerosa de que se nos acabara el tiempo, mientras miraba a mi hijito, allí dormido, sin saber que su padre ya no volvería, que no le vería crecer.
— Ese Dios me dijo, que me quedaron muchas cosas por hacer en vida, y aparecí aquí, puedo verte, puedo tocarte, puedo flotar y puedo sentir paz, ya no hay dolor —me tranquilizó— y estaré siempre a tu lado.
— ¿Qué es eso que te queda por hacer?
— Salvar a mi hijo de ese destino, y vagaré por este mundo, atormentaré a todos los que me han hecho esto, pero ahora, mi amor, si tienes fuerzas y puedes levantarte, tenemos que marcharnos, os llevaré lejos, a ambos, iremos a un lugar donde nadie pueda haceros daño.

Me levanté, no podía creer en el destino, que alguien me hubiera quitado a Renegado, y agradecía a ese Dios por haberle quitado el dolor, por haber quitado el sufrimiento de mi marido, preparé mis cosas, mientras Renegado, sorprendiéndome, carga con nuestro pequeño ternero que aún no podía dar nuestros primeros pasos. Tres segundos después le tenía a mi lado, acercó su hocico al mío y me besó.

Vi todo blanco, un resplandor, un prado verde, paz, una bonita arboleda... mi hijo corría allí mientras yo permanecía tumbada, mi esposo corría tras el pequeño, parecía que estaban jugando juntos.

— Renegado —Le llamé— ¿dónde estamos?
— Estarás a mi lado, en paz, y nuestro hijo también, puedes estar tranquila.
— ¿Qué hiciste Renegado? —pregunté nerviosa.
— Mi venganza, no dejaré que ese criador al que yo llamaba amo, vuelva a ganar dinero enviando a ningún toro a la muerte.

Años después de la muerte de Renegado:

Dicen las malas lenguas que Renegado aparece cada noche para atormentar las almas de aquellos que participaron en su sacrificio, solo los más fuertes sobreviven a tal suplicio de tenerle entre sus sueños, en sus fantasías, y a aquellos a los que Renegado todavía no les ha visitado, lo hará, tarde o temprano, ignorar su marcha no implicará que caiga en el olvido, el fantasma del toro Renegado vaga por el mundo, y no descansará hasta que su venganza haya sido cumplida.

Otras lenguas dicen que Renegado vive feliz en una pradera, junto a su esposa y a su hijo, y que ese fantasma que ven aparecer los que participaron en su muerte, no es más que sus conciencias, y puede que sea así, pero a veces las conciencias son peores que la presencia de un fantasma.

Comentarios

Ana Martínez ha dicho que…
¡Fenomenal Tamara! Un abrazo.
Mela ha dicho que…
Hola Tamara... Te felicito por este relato que me ha gustado mucho
Me alegra que Renegado, su esposa y su hijo estén felices... y lejos de esas personas que me desagradan bastante
Besos
CHARO ha dicho que…
Un bonito relato Tamara.Besicos
Aglaia Callia ha dicho que…
Te ha quedado genial, Tamara, muchas felicidades.

Besos y muy feliz finde.
yessykan ha dicho que…
Encantador y tierno relato. Me gustó la trama de la creación, saliendo triunfante el Toro de la Vega al llevarse su familia. La venganza es muy merecida como fantasma atormentando a los actores de imperdonable salvajada.
Abrazos

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