Una nueva vida- Capítulo 40.2
Medina salía de su cuarto cuando Radians llegaba, la observó esa mujer también era muy hermosa.
—     ¿Te ocurre algo?- la preguntó al ver que tenía mala cara
—     Tengo nauseas- comento Medina- voy a buscar a Diego para que pida a la cocinera algo
—     Si son nauseas de embarazada eso no pasara
—     Puede ser- sonrió a Radians- bueno, ¿tú que haces levantada?
—     Vengo a despedirme, me voy a mi casa
—     Amiga, supongo que ya te habrán dicho que te quedes y yo no voy a decirte nada, espero que te vaya bien
—     Gracias, yo te deseo lo mismo- y la abrazó- que tengas un hijo sano
—     Amiga, te echare de menos
—     Yo también a ti- dijo mientras la abrazaba y miraba hacia la puerta del fondo que se abría y de la que salía Nicolás- Nicolás- le sonrió- un abrazo pequeño, me marchó- lloró cuando Nicolás la apretó con fuerza
—     Ya lo sabía Eric me lo comentó
—     Cuida de tus hermanos ¿de acuerdo?
—     Lo haré
Radians continuó hasta la habitación de Quitón, cuando llego estaba dormido así que le beso en la mejilla y le dejo dormir, después entró a la habitación de Lorena y esta se vestía, la costó despedirse, porque la niña sollozó abrazada a ella.
—     Lorena, sabes donde vivo- la abrazo de nuevo- y espero tu visita, te mandare recados con Eduardo- la guiñó el ojo
—     Bueno, vete ya- la separó de ella- porque si no, no te voy a soltar
—     Dile a Quitón que cuando entre estaba dormido, le he besado en la mejilla
—     De acuerdo, ¿te has despedido de José?
—     No
—     ¿Lo vas a hacer?
—     Si- decidió en ese instante y se dirigió al cuarto de José que salía en ese momento- José- le llamo
—     ¿Ocurre algo?- pues era demasiado temprano
—     Me marchó- se abrazó a él
—     ¿Quién va a llevarte?- le respondió él fríamente
—     Matías
—     Que tengas buen viaje- la beso en la mejilla y se marchó escaleras abajo
Radians bajo al patio donde Matías la esperaba con los caballos y montó hasta la casa, atrás dejaba la hacienda donde tantas cosas había vivido, los aldeanos ya estaban despiertos y la saludaban al verla llegar, cuando desmontó en su casa y le entregó el caballo a Matías, sabía que sus padres ya habían salido, justo lo que necesitaba para descansar.
—     Matías- le sonrió- mañana comienzo de nuevo a trabajar, si aun me necesitáis claro
—     Por supuesto, te pondré con tu madre
—     Te lo agradecería- y entró en su casa

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Comentarios
Un besín guapetona y que pases un buen domingo.
A José lo he notado muy herido
Besos
Besos, otra vez ;-)
Acompañas con un lindo tema, Tamara.
Abrazos muchos y que estés muy bien, eso es lo importante.
Linda semana
Besotesssssssssssss
Besos