Isemay- Parte 15.7 VIVO

                 

Esa noche cenaron todos juntos en el salón y a la mañana siguiente, mientras Doña Encarna y ella salían al pueblo a comprar cosas para la comida, los hombres trasladaron sus pocas pertenencias de cuarto, no estaba segura de que fuera lo correcto, pero a su esposo no parecía importarle y ella no pensaba darle más lugar en su mente, no pensaba incomodar a esa familia que tanto la había ayudado, y si ponía algún problema lo haría.

-                            Compórtate - advirtió Uwuain a Osmar- no vas a tener más oportunidades.

Por la tarde, fueron a buscarles al puerto, la hija de Doña Encarna resultó ser una preciosa joven, que en efecto estaba embarazada, desde su llegada, habían pasado toda la tarde charlando en el salón, mientras los hombres preparaban leña para el fuego de la noche. Doña Encarna casi les había echado de la casa para poder hablar a solas con su hija y ellos parecían estar acostumbrados a ese trato pues se fueron sin rechistar.

Clotilda era una muchacha muy bien educada, un poco regordeta, pero con unos rasgos muy definidos, unos pechos generosos y abultados y un acento que llamaba la atención, su esposo era igual que ella, cortés, amable, y ese acento también se mostraba en su forma de hablar, habían vivido en el extranjero durante mucho tiempo, pues Mateo, el esposo de Clotilda, se dedicaba a llevar los negocios de su familia de un lugar a otro para obtener más ganancias.