El amigo que nunca tuve 4
Lo dejó dentro de la bañera, sus ojos no podían mantenerse abiertos y se fue a descansar. El peluche se quedó allí, metido en la bañera, deshaciendo su suciedad bajo el agua caliente.
Cuando la pequeña despertó, al día siguiente, se dio cuenta de que había olvidado el peluche en la bañera, si él era como ella, cuando le sacaran, estaría arrugado, y por primera vez en mucho tiempo sonrió, recordando como había sido su infancia, cuando su padre peleaba con ella entre risas por sacarla de la bañera, ahora ya no peleaban, sus padres siempre hacían lo que ella deseaba, estaba demasiado cansada para esas tonterías.
Pero al llegar al cuarto de baño, observó algo extraño, el peluche estaba fuera de la bañera, arropado con un albornoz, uno que tenía grabadas las iniciales de la pequeña, era suyo, lo reconocía, por las fotos que su madre le había enseñado tantas veces.
- Es tuyo- la confirmó su madre desde la puerta- creo que, las cosas que no te valen, podemos dárselas a él, así parece mucho más bonito.
La pequeña sonrió, consciente de que su madre lo único que quería era hacerla feliz. Cogió al peluche entre sus brazos, y observó que aún no estaba seco, pensó en su ventana, en sus cortinas cerradas para que el sol no la molestara mientras permanecía en su soledad, tal vez debería eso al peluche, un poco de sol para terminar de caldearle. Y no sin esfuerzo descorrió las cortinas y levanto la persiana, la luz solar iluminó su cuarto y la baño el rostro. Sentir ese calor en la cara la hizo sonreír de nuevo, pero rápidamente esa sonrisa desapareció de su rostro, no podía permitirse sonreír, pero, hacía un día genial, después del frío del día anterior.
Abrazó al peluche y se sentó cerca de la ventana, olía tan bien, a suavizante y a… reconocía ese perfume, ¡Era suyo!
Comentarios
Saludos.
Un besote!!
Un besazo.
Que no suene a desprecio no haberlo puesto eh?
Muas