La princesa 12
Y después de unos minutos en silencio en que ninguno de los dos era capaz de decir nada, se miraron a los ojos, y el caballero supo ya cuál era el fin, la meta de su vida. Aunque solo pudo balbucear un par de palabras mientras cedía al impulso de besarla en los labios.
- Mi Princesa...
Y de igual modo, la princesa supo, cual era el fín de su vida y pronunció contra sus labios.
- Tu princesa…
Y colorín, colorado, el relato se ha acabado. Espero que os haya gustado, a mí, me encantó.
Comentarios
Me alegro te haga gustado.
Muas