Un encuentro esperado 2.3
Pero,
casi sin darme cuenta, estaba amaneciendo, ella no había ido a descansar, y él,
no solo la había acompañado hasta la puerta de su camarote, estaba con ella, la
tenía entre sus brazos y los dos miraban como el sol salía sobre el mar, que
parecía mirarlos y rugir, con la misma intensidad con las que sus cuerpos
habían vibrado aquella noche.
Y,
sin saber tampoco como, el sopor la pudo, y se quedo dormida en sus brazos,
pensando que al despertar, él estaría allí, pero… Al abrir los ojos.
Comentarios
Va bien la cosa.
Abrazosss
Besos.
Besos
Espero la próxima entrada para ver como sigue :)
Besos