Latidos- Capítulo 3.2
Poco a poco fue
dejando las luces de la fiesta atrás, y descendían la escalinata a los
camarotes, iba a encerrarla dentro, si, para que no pudiera salir hasta que el
viaje terminara, si quería sacarle de sus casillas lo había conseguido, casi le
había hecho perder el juicio, y abrió la puerta, manteniéndola agarrada con la
otra mano de la muñeca.
—
¡Suéltame! – La oyó gritarle mientras le golpeaba con la
mano libre en la espalda.
—
Cuando estemos dentro- fue su escueta respuesta.
—
No pienso entrar contigo a ningún lado.
—
Entrarás- la aseguró más como una amenaza que como una
respuesta a su frase.
Comentarios
Besos.
Parece de mi pueblo.
Saludoss
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