Herida abierta
Las
lágrimas corrían por su rostro mientras no dejaba de presionar la herida que
podía causar la muerte a ese desconocido.
Minutos
después un coche de la policía y una ambulancia llegaban a la zona del suceso.
La mujer no había separado sus manos del hueco de bala provocado por ese otro
individuo, pero aun así sabía que no había detenido la hemorragia que seguía
sangrando y que ese joven con el que reía hace unas horas había perdido mucha
sangre.
El
médico tomó el pulso del joven que yacía bajo ella, y miro a los presentes
indicando un no con la cabeza, el joven había muerto.
¿De
qué le conoce?- pregunto el policía minutos después de reconocerse el cadáver.
Yo-
consiguió decir la mujer.
¿De
qué le conoce?- Repitió de nuevo sacando una libreta para comenzar su
investigación del suceso.
Él…
era mi hijo.
Comentarios
Besote.
Bonito relato niña
unos besotesssssssss
Besos