Una nueva vida- Capítulo 22.1
José no se lo
pensó dos veces, corrió escaleras arriba adelantando a los camilleros y al
doctor y se encerró en la habitación con Radians, que en ese momento
descansaba. Oyó ruidos en la habitación contigua y se asomó, era Flor a la que
hizo pasar a la habitación, cerrando también la habitación de al lado.
—
¿Qué ocurre? —preguntó Flor
—
Solo usted sabe que esta puerta existe, porque
yo se la acabo de mostrar, me quedaré con Radians aquí dentro, no permitiré que
se la lleven, Flor, compréndelo —dijo cuándo esta lo miraba atónito— ella
estará mejor cuidada aquí y descansará mejor, entre por esa puerta comida y
medicamentos igual que agua y gasas.
—
Pero señor, me verán o se extrañarán
—
No, espera a que se haga media noche y cuando todo
el mundo este fuera del pasillo y durmiendo, éntralo, ordena trasladar una
bañera a este cuarto y suba una palangana, yo la cuidare, ya vera como se
recupera.
—
Abra —se oyeron los gritos fuera de Ascra— abra
la puerta.
—
Hijo mío —subió Mateo junto a Nicolás— abre la
puerta
—
No se la llevaran padre, de hecho no abriré la
puerta.
—
Lord José, abra ahora mismo la puerta— gritó el
padre de Radians
—
Sino callan la van a despertar, márchense.
Flor salió por la
otra puerta como si estuviera limpiando y hubiera oído gritos, preguntó que
pasaba y Mateo la ordenó que se marchara abajo a trabajar, después de aporrear
la puerta unos minutos más y de gritarle que abriera, Mateo se disculpó por la
conducta de su hijo y les pidió que dejaran de gritar, el médico también se lo
pidió, lo único que hacían era molestar a la paciente.
Continuará...
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Besos
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