Una nueva vida- Capítulo 30.4

            Por fín Radians tosió y expulsó de su boca algo de agua que había tragado, después continuó tosiendo y comenzó a abrir los ojos ligeramente y a mover la cabeza mirando hacia los lados, intentó mover las manos pero no podía, así que decidió quedarse quieta, al principio lo vio todo borroso, solo notaba la presencia de una silueta que estaba desdibujada y la decía algo que ni siquiera escuchaba, poco a poco la imagen se le iba aclarando y vio que era José el que estaba a su lado, se preguntaba si habían salido de la habitación, miró hacia el cielo y vio las estrellas, estaban en la calle.

José la incorporó un poco amarrándola de la cabeza y la abrazó, después la beso en la cara, la frente, las mejillas y por último en los labios, nunca se había sentido tan feliz, sintió una punzada de alegría en el corazón y la susurro palabras bonitas al oído mientras daba gracias a Dios, porque ella estuviera bien, había temido tanto por su vida, que ni siquiera reparó en que la gente intentaba averiguar si eran ellos los que estaban cerca del lago.

—    ¿Estás bien?-la preguntó asustado

—    Yo...-se interrumpió pues aun la faltaba el aire- lo intente, no pude salir

—    No te preocupes, ahora coge aire, respira, ya estamos a salvo, menos mal que estas bien, pensé en lo peor, necesitaba tenerte entre mis brazos y cuando te cogí sentí que el mundo volvía a dar vueltas a mi alrededor, si te hubiera pasado algo no se lo que haría.

—    Gracias- susurró Radians mientras volvía a coger aire

—    No pasa nada mi amor, respira

— Gracias por- cogió aire de nuevo- por la vida y por las fresas- sonrió débilmente mientras temblaba- nunca te lo agradecí