Una nueva vida- Capítulo 43.1
Radians leyó y releyó la noticia incluso intentó que la salieran las lágrimas pero no pudo, sus padres habían muerto y ella ni siquiera quería recordarlos. Día tras día los periódicos fueron llenando sus páginas, se buscaba a los herederos de la familia ya que se debía leer el testamento y para ello el hijo mayor debía estar presente. Radians pensó en su hermano Escorpio y se preguntó qué sería de él, su abuela le había explicado que se había casado con una mujer llamada Covadonga.
Pocos días después apareció en el periódico que Escorpio, que debía ser el heredero había fallecido pocos meses antes y que su esposa Covadonga se había trasladado a la capital para decirlo ya que de haber muerto el segundo hijo y de no aparecer la tercera hija ella era la heredera, al menos que ninguno de los siguientes tuviera hijos varones. Decía que Covadonga tenía dos hijas ya que los hijos varones habían muerto en el parto, las hijas se llamaban Sofía y Anais y estaban casadas con duques, pero ninguna de ellas tenía heredero.
Días más tarde apareció su segundo hermano Roller, según como lo decía en el periódico también estaba casado, la mujer se llamaba Catalina y ambos tenían una hija llamada Casandra a la cual habían casado con un conde, meses antes. En el periódico ya se publicaba que Roller era el heredero, pero este en una entrevista anunció que buscaba a su hermana Lady Radians y que ofrecía recompensa si ella aparecía, ya que él estaba enfermo y moriría en pocos meses, ella era la heredera, porque él no tenía hijos varones.
La noticia la sobresalto trabajando cuando su amiga Melisa la mostró el periódico. Pocos días después ambas viajaban a la capital. Radians estaba nerviosa, Roller había dicho dónde estaba la casa y era la misma en la que ella había vivido durante años.
Llegaron al atardecer y Radians se encontraba muy nerviosa, Melisa la acompañó hasta la casa, donde una larga cola de mujeres con sus marido esperaban en las escaleras, todas decían llamarse Radians y todas decían ser las herederas, incluso vio viejas amigas de la escuela, que ni siquiera la reconocieron.
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